Sus células se acostumbran a las substancias químicas que mana su cerebro por las emociones
Y eso es justamente lo que hice. La reprendí y me despedí, dejándola con la Basura en la boca. Dicho sea de paso, su último comentario: y me temo que los 2 vamos sobraditos de sexo me reafirmó en que había conseguido proyectarme adecuadamente dentro de la categoría de amante. Sigue leyendo